¿Ganó o perdió respecto de la generación anterior? La respuesta es una sola y no hay dudas: ganó. La Chevrolet Tracker evolucionó en todo sentido. Podemos hilar fino e indagar si en el camino dejó de incorporar algún elemento, si podría haber mejorado aún más, si valía la pena seguir ofreciendo una versión AWD o si el diseño (algo subjetivo) de su predecesora tenía más carácter.
De lo que no quedan dudas es que pasó de ser un jugador más entre los SUV del segmento a ponerse el traje de referente.
Por fuera
Las líneas exteriores expresan de manera inconfundible el nuevo diseño global de la familia Chevrolet. Respecto de la anterior creció en tamaño y su propuesta es menos compacta y más estilizada, con esa mirada de auto pensado en China para múltiples mercados.
Acá, en este punto, es adonde -según nuestro punto de vista- podría haber dado un salto de calidad. No es el típico caso de que esté mal resuelto o que se parece a otro rival sino que no nos termina de convencer, sobre todo viendo lo que la propia marca hizo con otros SUV como el atractivo Blazer; quizá le faltó algo más de audacia para ganarse un «wow».
Dejando eso de lado, muchas veces la vista lateral nos devuelve enormes pasarruedas con llantas diminutas pero hay que decir que no es el caso y las de 17″ le sientan de manera impecable.
A simple vista parece más grande de lo que realmente es (mide 4.270 mm de largo), con dos volúmenes bien definidos, con una «nariz» larga, hombros altos y una línea de cintura ascendente recién a partir de la mitad de las plazas traseras, que determinan el pilar C, donde se define la silueta de este SUV en un portón casi recto.
Si bien tiene gran cantidad de plásticos y detalles en negro, hay que remarcar su armonía; lo rodean completamente y así y todo están más que justificados en spoiler delantero, fenders de ruedas, zócalos, pilar B, espejo retrovisor y paragolpes trasero.
A bordo
Al ingresar lo primero a remarcar es la sensación de comodidad y amplitud que devuelve el habitáculo, algo que se comprueba al sentarse en cualquiera de las plazas. Buena parte de esto se debe al techo solar eléctrico panorámico que ocupa ambas plazas y aporta gran luminosidad al interior.
Las terminaciones son agradables visualmente y al tacto, sobre todo en esta versión tope de gama que combina colores, materiales y texturas, como en el caso de los tapizados forrados en cuero ecológico de dos tonos: gris y azul, con pespuntes en blanco.
En contraste, lo que menos nos gustó del interior es la calidad de los interiores de las puertas, con plásticos mejorables para lo que es el resto del auto. Se puede comprobar en la puerta del conductor, en los mandos de los alza-cristales y espejos, pero que es aún más evidente en las puertas traseras.
Hablando de las puertas hay que mencionar que -a diferencia de lo que sucedía con modelos de la marca de años anteriores, al momento del cierre sólo se baja el vidrio del lado del acompañante (antes se bajaban ambas del lado opuesto) para evitar el rebote por la presión del aire en el interior; esto puede generar algún rebote, dependiendo de la fuerza con la que se cierre la puerta en cuestión o si no está bien calibrada la cerradura (algo que se puede hacer fácilmente).
Parte de esto es a causa del doble burlete que garantiza una buena insonorización a la vez que evita el ingreso de polvo al habitáculo.
A pesar de ser un SUV compacto tiene mucha tecnología, sobre todo en seguridad y acá es donde justificamos aquello de «referente», porque en definitiva cualquier modelo de cualquier marca que eleve la vara, obliga a la competencia a ponerse a la altura y los beneficiados son los clientes.
Dicho esto, se destaca por ofrecer en el segmento el Alerta de Proximidad (que nos advierte que el vehículo que nos precede está muy cerca y emite un señal sonora y visual por el parabrisas) y Frenado Automático de Emergencia, aunque extrañamos el Alerta de Cambio de carril, algo que sí está presente en otros modelos de la gama actual (como Cruze).
Sí cuenta con Alerta de Punto ciego; Control de Estabilidad y Tracción; Asistente al Arranque en pendientes; seis airbags y ganchos ISOFIX. ¿Qué le faltó? Regulación en altura del cinturón de seguridad del acompañante (sólo tiene el conductor) y discos en los frenos traseros.
La tecnología vinculada a la conectividad es el otro punto alto por ser la única marca en ofrecer un servicio de asistencia como OnStar y wi fi a bordo para conectar múltiples dispositivos; esto se complementa con la nueva generación del sistema multimedial MyLink que permite espejar el celular y usar sus apps en una pantalla táctil de 8″. Y esto se combina con el cargador inalámbrico.
Donde también se destaca es por incorporar del sistema de estacionamiento automático, algo que ya habíamos visto en algun rival directo. Además aire acondicionado automático; sensores de estacionamiento, crepuscular y de lluvia; acceso y arranque sin llave; control de velocidad crucero y limitador, entre una completa dotación.
Unos detalles a favor: las luces de lectura traseras (algo no siempre disponible en vehículos con techo acristalado), doble puerto USB para esas plazas, y el espacio porta-objetos en el baúl que permite dos alturas del piso. La capacidad volumétrica de carga es de 393 litros.
Unos detalles en contra: no tiene salida de aire en plazas traseras, guantera de tamaño reducido, el apoya-brazos delantero no es corredizo, desde dónde se comanda la computadora de a bordo (desde el mando satelital derecho, debería estar más a mano) y que los espejos no se pliegan automáticamente.
Al volante
Es simple encontrar una buena posición de manejo regulando manualmente tanto la columna de dirección y la butaca, que además brinda una muy buena sujeción lateral.
Respecto de la visibilidad hacia el frente es buena, incluso a pesar del grueso pilar A, pero hacia atrás es muy reducida por el tamaño de la luneta y la caída que tiene, con lo cual los espejos y su Alerta de punto ciego así como la cámara son de gran ayuda en maniobras de retroceso.
¿Y el motor qué tal? Es un tres cilindros, 12v de 1.2 litros con turbo acoplado a una caja automática de sexta con mando secuencial en el pomo (no con levas) denominado «Active Select».
Por empezar su ronroneo característico nos gustó, es casi un sonido deportivo, aunque la insonorización del habitáculo es un gran punto a favor en Tracker.
Yendo a su comportamiento debemos decir que mirando el dato de la cilindrada parece un motor chico, viendo que la potencia es de 137 cv puede parecer algo «justo», no obstante la clave pasa por su torque de 190 Nm @ 2.000 rpm que nos garantiza que es un vehículo sumamente ágil en el régimen de vueltas más usual, con buena salida desde partida detenida.
En cuanto al consumo, su rendimiento es más que aceptable para el segmento y mejora sustancialmente a la generación anterior: a 100 km/h el motor gira a 1.900 rpm y nos dio 5,6 l/100 km; a 120 km/h lo hizo a 2.100 rpm y a un promedio de 6,2 l/100 km; mientras que a 130 km/h fue a 2.300 rpm con una marca de 7,5 l/100 km.
Por su parte el consumo combinado en todo tipo de uso a lo largo de nuestro contacto de una semana fue de 8,8 l/100 km, con un tanque de combustible de 44 litros.
Su confort de marcha es más que bueno tanto en uso urbano como en ruta, con con gran tenida en curvas a alta velocidad donde no muestra rolidos sino que se comporta casi como si se tratara de un hatch. Contribuye en parte que su dirección con asistencia eléctrica no es extremadamente liviana, ofrece cierta dureza lo que se agradece en un vehículo alto porque transmite seguridad en todo tipo de maniobras.
Y si bien no es un todo-terreno, en la tierra y en asfalto poseado mostró un andar muy confortable, con un buen seteo de la suspensión, sin golpes ni ruidos. A propósito, a pesar del «babero» plástico delantero, no fue afecto a tocar en cunetas o badenes.
Conclusión
Vale la pena darla una oportunidad a este producto, empezando por sacarse el prejuicio del «motor chico». Tiene muchos puntos altos y pocos flojos, lo cual es una ecuación muy favorable a la hora de decidirse por un modelo en el segmento más peleado.
Acá hay un jugador interesante que ofrece diseño moderno, buena seguridad de serie, mejor aún en esta versión y un motor-caja que salda la deuda de la Tracker anterior.
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